COVID-19: Con dosis de refuerzo, pruebas y preparación, podemos poner fin a la pandemia este año

Dos tercios de la población mundial están vacunados contra el coronavirus, pero la enfermedad que causa sigue provocando muertes y pérdidas económicas. La experiencia ha mostrado que el virus es tratable y que se puede acabar con la pandemia a corto plazo, siempre y cuando se atiendan tres campos prioritarios, afirman el titular de la ONU y el director de la agencia sanitaria global.

La pandemia de COVID-19 no ha terminado. El virus continúa causando una pérdida significativa de vidas y medios de subsistencia, obstaculizando así la recuperación económica mundial.

Sin embargo, el director de la Organización de la Salud (OMS) sostuvo este viernes que el mundo nunca ha estado en una mejor posición para terminar con el COVID-19 como una emergencia de salud global.

“El número de muertes semanales reportadas se acerca el más bajo desde que comenzó la pandemia y dos tercios de la población mundial están vacunados, incluido el 75% de los trabajadores de la salud y las personas mayores”, destacó Tedros Adhamnon Ghebreyesus en un evento celebrado en el marco del debate de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El cónclave tiene el objetivo de evaluar los avances de las vacunas, diagnósticos y tratamientos contra el COVID-19, identificar las áreas prioritarias para acelerar el acceso equitativo a esos tratamientos y movilizar apoyo político adicional para poner fin a la pandemia este año.

Las disparidades implican riesgos para todos
El responsable de la OMS alertó de que los números alentadores ocultan una serie de disparidades que ponen en riesgo a toda la gente y mencionó, por ejemplo que en los países de renta baja sólo el 19% de la población está vacunada, en contraste con el 75% de inmunización en las naciones de ingresos altos.

Además, informó que un nuevo estudio elaborado por especialistas del Acelerador ACT reveló que la tasa de testeo a nivel mundial ha caído y que el acceso a nuevos antivirales en la mayoría de los países de ingresos bajos y medianos es prácticamente inexistente.

“Estas desigualdades no son sólo un peligro para aquellos a quienes afectan directamente; son un riesgo para todos. Por eso es esencial subsanarlas si realmente queremos terminar con la pandemia”, advirtió.

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