El desarrollo económico no vale de nada si no salvamos el planeta, el mensaje de una alcaldesa de Costa Rica

Iris Arroyo lo tiene muy claro: El mundo debe concentrarse en las soluciones urgentes y así lo quiere hacer saber a los líderes que participarán de la Cumbre Mundial por los Objetivos de Desarrollo Sostenible en setiembre de este año.

“Gobernantes, si ustedes no están comprometidos tampoco lo estarán las personas que viven en sus países y que tienen la esperanza y el derecho a vida digna, en un ambiente sostenible y seguro”, explica la alcaldesa de Puriscal, un cantón rural y montañoso de apenas 39.000 habitantes de la capital costarricense, San José.

Para esta mujer de orígenes rurales y humildes, la puerta para alcanzar el desarrollo sostenible está en las comunidades, en el trabajo a nivel local. “Los recursos en el mundo existen, pero requieren de compromiso y una justa distribución en las comunidades”, señaló.

Con mirada serena y voz suave pero firme, agrega que “el desarrollo económico no vale de nada si no salvamos el planeta. La economía y los nuevos empleos deben ser sostenibles”.

“Fui migrante y trabajaba 19 horas al día”
Ella siente total autoridad para hacer un llamado a la acción a los gobernantes del mundo, ahora como lideresa comunal, pero también como una mujer que ha vivido en carne propia las dificultades, la falta de oportunidades y los impactos de la exclusión.

Iris tuvo una infancia compleja y desde joven tomó el liderazgo para sacar adelante el hogar de una humilde familia rural de Costa Rica. Debió asumir responsabilidades de cuidado de personas enfermas, trabajar desde temprana edad y costearse estudios por cuenta propia.

Se vio obligada a migrar a Estados Unidos hace un par de décadas para buscar oportunidades económicas. Cuenta que trabajaba 19 horas al día y tenía tres trabajos distintos.

Con el dinero que logró juntar luego de algunos años, regresó a Puriscal donde estudió contabilidad y poco a poco se fue incorporando en el trabajo con las Juntas de Educación locales.

Fue así como se involucró en el trabajo comunal y se convirtió en la lideresa y activista que hoy se enfoca en impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, no solamente en su comunidad, sino en todo el mundo.

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